miércoles, 29 de abril de 2009

Richard Rorty, Ética para laicos


"¿Cómo elegir entre aquellos que consideran absurda la prohibición de la sodomía, exactamente tan absurda como la prohibición de comer frutos de mar, y aquellos que en cambio consideran que la sodomía es una perturbación objectiva en la estructura de la existencia humana? Los filósofos como yo no creemos que simplemente pensando y comprometiéndonos en reflexiones filosóficas estemos en condiciones de resolver asuntos como el recién planteado. Según nuestra perspectiva, John Stuart Mill tiene una visión de la sociedad ideal y el Papa tiene otra; y no podemos elegir entre las dos si tomamos como base principios filosóficos, ya que nuestra selección entre principios alternativos está determinada por nuestra preferencias respecto de los futuros posibles para la humanidad. [...] No hay tribunal de apleaciones netural que pueda ayudar en la elección entre estas dos descripciones de la humanidad."

Richard Rorty desmontando las pretensiones de resolver los conflictos básicos desde una supuesta perspectiva angélica. Esto no convierte a ambas posturas en formas equiparables de entender la cómo debe ser el ser humano. Ni tampoco excluye la necesidad de combatir lo que se dice desde la postura opuesta o incluso de convertirse en una u otra dirección. Pero, la pregunta "¿qué postura es la correcta?" no tiene sentido, ya que no hay lugar desde el cual responderla. Ateos y cristianos a la par se ponen ansiosos ante respuestas como esta, que, en realidad, sólo tienen sentido (todavía) para los cómodos académicos acostumbrados a intercambiarse ideas y convicciones con la seguridad que da saber que la vida, perdón, la violencia, sucede en otra parte.

martes, 28 de abril de 2009

Tiene usted toda la razón del mundo

El espíritu hiperbólico español no suele atender a razones, ni atenerse a las razones concretas, pequeñas, circunstanciales, a lo que tú me dices ahora y aquí, a lo que me compromete reconocer tus razones ahora. Acaso puede conceder, en ocasiones, casi a regañadientes, que el otro se ha sacado un triunfo de la manga y dice: "Pues también es verdad", con un "también" que da al otro sin quitar lo propio.

Esto hasta que alguien dice una palmaria obviedad o expresa una justificada indignación. Entonces, el juicio es inapelable, y emisor y receptor se unen en el destino universal de toda la razón del mundo.

lunes, 20 de abril de 2009

¿Macarthysmo religioso?

El catedrático de derecho eclesiástico de la Complutense escribe sobre el macarthysmo religioso que persigue a la iglesia católica en el mundo. Esta sacralización del Estado conlleva, según el autor, el olvido de la religión como fuente de sentido, así como el hecho, creo que más importante, por más neutro, de que la democracia se basa en el respeto a las libertades individuales, entre las que hay que contar, la libertad de equivocarse siguiendo las propias creencias. En palabras del catedrático: "los valores de una sociedad proceden de sus miembros, y los que la orientan en una u otra dirección se originan no sólo en las estructuras estatales sino también, entre otros, en los medios de comunicación, en el mundo de los negocios, en los partidos políticos y en las Iglesias". De ahí que convenga "reafirmar a las Iglesias en el esfuerzo de redescubrir su misión socioespiritual en un mercado libre de opiniones".

Si las creencias se forman en libertad, y nada nos puede llevar a suponer lo contrario, a no ser que nos creamos en posesión de la verdad, y si los individuos (con sus creencias) deben ser tomados en consideración cuando se deciden las políticas públicas, entonces no nos queda otra que atender a lo que se diga proceda de donde proceda. Otra cosa, muy distinta, es cuando el que habla no es un individuo o una asociación, sino una gran corporación, como la iglesia católica. Ahí las cosas cambian.

En todo caso, bienvenida sea la vitalidad de la sociedad pues así el Estado se ve constantemente obigado a legitimarse. Vitalidad que, sin embargo, debe ser demostrada también por la iglesia católica cuando se ve confrontada con lo que antes eran blasfemias y ahora nada más que expresiones legítimas de libertad individual, como, por ejemplo, Dogma, la película de Kevin Smith, ninguna genialidad, cierto, pero una muestra de cristianismo sin dogmas, de catloicismo anticlerical.

viernes, 17 de abril de 2009

Igualdad judeocristiana de derechos

"While the founders were a blend of Enlightenment rationalists and traditional Christians, generations of Jews, Muslims, other religious groups and non-believers have all found a home in the United States. This is so because the tolerance of our system is rooted in the Jewish-Christian principle that even those who differ from one another in culture, appearance and faith still share the same rights. We believe that this principle still possesses the power to enlighten our national will."

Palabras de la Conferencia Episcopal de los EEUU en un documento en contra del aborto y de la eutanasia, que aprovechan la referencia a las "verdades evidentes en sí mismas" enunciadas por los padres fundadores. Una nación basada en derechos naturales ofrece la coartada perfecta para reclamar el origen judeocristiano de todo lo bueno, en especial, de la igualdad de derechos para todos, sean como sean, crean en lo que crean. El origen, digamos, sectario de esa constitución permite que los cristianos de toda índole, o sea, también los católicos bien organizados, reclamen un papel central para sus doctrinas. De este modo, queda garantizada su fidelidad al orden legal institucional, pero también la divergencia de este cuando las verdades ínsitas en el corazón (por Dios, claro está) le indiquen al católico que el viraje adoptado por su país es erróeno y pecaminoso. Por suerte, a pesar de lo que muchos piensen, está bien que así sea, pues lo contrario supondría la pérdida del nervio democrático de la sociedad.

jueves, 16 de abril de 2009

Reciprocidad interna

"En tanto que un alto número de ciudadanos alemanes de origen turco y fe islámica vivan con una vinculación política más fuerte a la antigua patria que a la nueva, faltarán en el espacio público y en las urnas las voces correctoras que serían necesarias para ensanchar la cultura política dominante. Sin una inclusión de las minorías en la sociedad civil no pueden desarrollarse de forma acompasada los dos procesos complementarios: por un lado, la apertura sensible a las diferencias de la comunidad política en pro de la inclusión, con igualdad de derechos, de subculturas extranjeras, y, por otro, la apertura liberal de estas mismas subculturas a la participación individual, con igualdad de derechos, de sus miembros en el proceso democrático".

Jürgen Habermas, "¿Qué significa una sociedad 'postsecular'?" en ¡Ay, Europa!; Trotta, Madrid, 2009 (trad. Pedro Madrigal).

Algunos habrá que al leer esto digan que también habría que tomar en consideración la reciprocidad externa, a saber, entre países (que los países islámicos reconozcan también la libertad religiosa de cristianos, por ejemplo). Pero la caridad (perdón, la democracia) hay que empezar practicándola en casa.

miércoles, 15 de abril de 2009

Proteger de la religión al Estado (y a los ciudadanos)

Presentación del libro La laïcitat de Àlex Seglers ayer en "La casa del libro". Los que lo acompañan en la mesa glosan la importancia de la religión como fuente de sentido que puede ser aprovechada por el resto de la sociedad. Hablan de laicidad colaborativa, positiva, de las libertades religiosas, y todo resulta de lo más obvio. De acuerdo. Pero la laicidad sirve también para protegernos de los afanes proselitistas mal entendidos y de las ansias de poder eclesiales.

Al salir el amigo L., de un pequeño pueblo en el interior argentino, me comenta que desde hace unos meses las homilías son retransmitidas por altavoces que escuchan todos los vecinos. Homilías en la plaza pública. La cerveza del domingo en la plaza del pueblo se toma ahora con las admoniciones procedentes del púlpito. Minaretes católicos. Y todo con patente de corso constitucional:

Art. 2 de la Constitución Argentina

"El Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano."

martes, 14 de abril de 2009

How about extending some tolerance to me?


En Indignation de Philip Roth, el protagonista es un joven lector de Bertrand Russell, en especial de su magnífico ¿Por qué no soy cristiano?, que se enfrenta a las autoridades académicas de su universidad a causa de la obligación de asistir a los servicios religiosos impuesta a los estudiantes. Se trata de una universidad tradicional y tradicionalista que se erige en salvaguarda de los valores morales cristianos sobre los que se edificaron los EEUU. En su entrevista con el decano, Marcus Messner reclama su derecho a no ser obligado, como ateo, a escuchar los servicios religiosos semanales.

El discurso airado del joven que ha huido de su ciudad para encontrar la paz de un padre que parece haber pedido la razón prefigura el declive de la mayoría moral americana, el auge de una diversidad que conduce al libertinaje y que, con este fin, se apoya en el documento que los muy cristianos fundadores del país establecieron como ley fundamental. Una tolerancia extendida que no incluye sólo a las diversas ramas del cristianismo, sino también a los no creyentes, a los anarquistas y pragmatistas de toda índole que cambiarán definitivamente el panorama de la sociedad americana.

martes, 7 de abril de 2009

Religious and cultural sensibilities

"I respect Islam as one of the World's major religions, as well as it's religious symbols. I was deeply distressed that the cartoons were seen by many Muslims as an attempt by Denmark to mock, insult or behave disrespectfully towards Islam or the prophet Mohammed. Nothing could be further from my mind. During my tenure as Secretary General of NATO I will play close attention to the religious and cultural sensibilities of the different communities that populate our increasingly pluralistic and globalized world."

Del secretario general de la OTAN no se esperan grandes palabras, sino sólo frases huecas y decisiones inteligentes. Sin embargo, Fogh Rasmussen ha intentado decir algo para calmar los ánimos de los turcos y hacerse con su favor. Y, con esta finalidad, ha cambiado sus declaraciones cuando se publicaron las viñetas y de algún modo se ha hecho responsable de su publicación. Lo que debería haber dicho, si los turcos no tuvieran la paella por el mango, es que en su país hay libertad de prensa y que si a alguien no le gusta, que s'hi posi fulles.