"¿Cómo elegir entre aquellos que consideran absurda la prohibición de la sodomía, exactamente tan absurda como la prohibición de comer frutos de mar, y aquellos que en cambio consideran que la sodomía es una perturbación objectiva en la estructura de la existencia humana? Los filósofos como yo no creemos que simplemente pensando y comprometiéndonos en reflexiones filosóficas estemos en condiciones de resolver asuntos como el recién planteado. Según nuestra perspectiva, John Stuart Mill tiene una visión de la sociedad ideal y el Papa tiene otra; y no podemos elegir entre las dos si tomamos como base principios filosóficos, ya que nuestra selección entre principios alternativos está determinada por nuestra preferencias respecto de los futuros posibles para la humanidad. [...] No hay tribunal de apleaciones netural que pueda ayudar en la elección entre estas dos descripciones de la humanidad."
Richard Rorty desmontando las pretensiones de resolver los conflictos básicos desde una supuesta perspectiva angélica. Esto no convierte a ambas posturas en formas equiparables de entender la cómo debe ser el ser humano. Ni tampoco excluye la necesidad de combatir lo que se dice desde la postura opuesta o incluso de convertirse en una u otra dirección. Pero, la pregunta "¿qué postura es la correcta?" no tiene sentido, ya que no hay lugar desde el cual responderla. Ateos y cristianos a la par se ponen ansiosos ante respuestas como esta, que, en realidad, sólo tienen sentido (todavía) para los cómodos académicos acostumbrados a intercambiarse ideas y convicciones con la seguridad que da saber que la vida, perdón, la violencia, sucede en otra parte.