Son casi incontables los libros actuales sobre la religión y su relación con la política, el terrorismo, la tolerancia, etc. Quien más quien menos tiene sus ideas al respecto, y los que llevaban años sin hablar sobre este asuntos, de repente tienen la urgencia de publicar un mamotreto más o menos original sobre el tema. Está bien así.
Al no iniciado le puede sorprender que apenas se encuentren definiciones de religión. Ni siquiera los libros que pretenden definir a la religión, despejan las dudas.
Los tribunales que legislan al respecto siguen diversas tendencias. En España, por ejemplo, la Ley Orgánica de Libertad Religiosa no define el ámbito de cuestiones que cubre, pero sí las que no cubre. Así en su artículo 3.2 dice, de modo ciertamente arbitrario:
"Quedan fuera del ámbito de protección de la presente Ley las actividades, finalidades y entidades relacionadas con el estudio y experimentación de los fenómenos psíquicos o parapsicológicos o la difusión de valores humanísticos o espirituales u otros fines análogos ajenos a los religiosos."
La jurisprudencia al respecto es diversa. Àlex Seglers la repasa exhaustivamente en su libro La laicidad y sus matices (Comares, 2005). Destaca la sentencia 46/2001 del Tribunal Constitucional que amparó a la Iglesia de Unificación de Moon en la que se dice que: "la Administración no debe arrogarse la función de juzgar el componente religioso de las entidades solicitantes del acceso al Registro".
En Francia la práctica es semejante. Así como en Estados Unidos.
Nos encontramos con que finalmente se legisla sobre algo que no se puede definir. Los ateos militantes se rasgan las vestiduras por esta genuflexión institucional ante la superstición. La superstición amparada por las instituciones. Sin embargo, ahí radica una garantía de libertad. Libertad en nombre de la ignorancia, dirán algunos. Puede que sí. Pero, nadie ha dicho que la libertad nos deba hacer más inteligentes, sino, valga la redundancia, más libres. Libres para encadenarnos al ídolo que prefiramos.
martes, 10 de junio de 2008
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2 comentarios:
Es Usted un ilustre pensador. Felicidades y siga pensando para que yo pueda seguir con el placer de leerlo..saludus
El historiador israelí Élie Barnavi proporciona una buena definición de religión en su extraordinario librito 'Las religiones asesinas' (2007):
Una religión es una manera de imaginar y adorar a una o más deidades.
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