martes, 11 de noviembre de 2008

Words

Todas las palabras que utilizamos son grandilocuentes. Las pronunciamos o las escribimos y creemos que decimos alguna cosa, pero en realidad nunca decimos nada, nunca hemos dicho nada. Nos limitamos a balbucear, algunos con más habilidad otros con menos. Si llegáramos a decir alguna cosa importante y el que nos oyera fuera capaz de entenderla, entonces todo estallaría, como ese libro, que cuenta Wittgenstein, en el que se halla todo sobre la ética y cuya existencia comportaría la destrucción de todos los libros. Hablamos pero apenas entendemos. Con lo poco que nos transmitimos unos a otros hemos logrado sobrevivir airosamente. El resto, lo que importa, es silencio.

Desconfiamos de las palabras porque no son más que una forma de ocultamiento. Una sospecha de una sospecha. Cansancio.

3 comentarios:

Oriol Anguera De Sojo Pericas dijo...

REFUTACIÓN: Decir que las palabras no tienen significado, que con ellas “creemos que decimos alguna cosa, pero en realidad nunca decimos nada” es decir que diciendo no se dice nada, y eso se refuta observando que alguien que dice que en realidad no dice nada, dice más que si se calla.

Anónimo dijo...

hola Gamper,

algunas cosas:

-no veo por qué va a ser irreversible el proceso de reconocimiento de las minorías, porque reconocerlas -como tales- es una cosa que simplemente no tiene continuación acumulativa -aquella bobada de los derechos de 1ª generación, 2ª generación, etc.. confundiendo una explicación histórica con un imperativo moral. es un acto que se acaba en sí mismo. otra cosa es si las minorías tienen que vivir como mayorías, que no son, porque ni siquiera la mayoría vive como mayoría de grupo, sino en un juego transversal de mayoría-minoría de ciudadanos, no de grupos. esto es lo que implícitamente hay en muchas de las políticas sesenteras de las minorías, que en verdad no eliminan discriminaciones sino por la vía de crear como "naciones": la nación gay, la nación no sé qué discriminadas entre sí. o como llamar matrimonio -de madre que pare un hijo de un padre- a lo que no lo es. ¿pero esto qué es? la vieja vía del confederalismo, ahora posmoderno, en Virginia saben mucho de esto.

por suerte este no es el discurso de Obama, vamos a ver cuál es su política. no veo por tanto por qué este aire de sentirse en el lado o en la línea correcta de "la historia", aquello de Zapatero, los progresistas vamos delante y los de derechas siempre van detrás. pues en algunas cosas puede ser, pero más bien lo primero es la nación, el país, la democracia en sí y para sí. vamos todos juntos.

New Jersey ha eliminado la pena de muerte. con un razonamiento económico, básicamente. Massachusets del republicano que le gusta a usted (sabe que Romney estuvo en Elche evangelizando??) tiene el matrimonio gay. y qué? cuál es el país? la pena de muerte se implantó con la descentralización de los años 60. lo del matrimonio gay, como esa especie de contra-medida supuestamente anti-reaccionaria, de momento solo existe en un par de Estados, y es posible que se implante en más, pero no sería deseable hacerlo en todo el país como país, como en España, porque las palabras apenas cuentan, pero si no nos ponemos de acuerdo con ellas, no hay democracia, hay demagogia, como decía Aristóteles.

con esto del no hay vuelta atrás se me ha ocurrido que algún día habrá tal vez el matrimonio con animales; entonces Calígula ya podrá sonreir plenamente desde su trono imperial... el principio del fin, de la democracia.

en cuanto a la pena de muerte tiene que ver en efecto con la economía, con las competencias de los Estados, con lo que realmente pueden hacer, etc. implantarla en todo el país sería una mala noticia, perono porque la democracia se ha convertido en demagogia, sino porque ya no habría nadie que _creyera_, por así decir, en la democracia, porque la democracia no podría dar todo lo que se le pide. porque habríamos dejado de entender qué es la democracia.

eso pienso yo, lo explique mejor o peor.

-por otra parte, estoy dando EpC y de momento ningún problema, salvo detalles. me sorprende el razonamiento del Justicia de Aragón, pobres jueces, ha querido escudarse en lo moral, cuando en efecto se ha querido moralizar la Ética, por la vía de la enseñanza de leyes de un gobierno determinado, y no de los valores básicos. es incomprensible que enseñar la Constitución pueda ser inconstitucional. pienso que hay una ironía en la sentencia del juez, viene a decir que lo que hay que enseñar es la Constitución y no otra cosa. el que la quiera cambiar, que la cambie constitucionalmente cuando pueda crear otra Constitución mejor, no por la vía legal, estatutaria o por la vía del profetismo de las declaraciones en el periódico, cuyos antecedentes son más bien de temer.

Daniel Gamper dijo...

Gracias Oriol por la refutación, me la merezco.

Gracias Brotons por su interesante comentario. Debo leerle con más calma, pero le doy la razón en que eso del "no hay vuelta atrás" es más que discutible, no vaya a ser que acabemos oyendo las carcajadas de Calígula. Por cierto, a mí Romney no me gustaba ni me gusta. Lo que no conocía era ese viaje suyo al Levante.