lunes, 1 de junio de 2009

El pragmatismo religioso de José Luis Rodríguez Zapatero

Preguntado por su agnosticismo, Zapatero responde:

"Personalmente tengo una posición pacífica. La vida hay que vivirla sin angustia, y creo que la paz que debes a los demás, que yo trato de infundir a mi alrededor, se consigue en buena medida si no tienes la angustia de pensar qué será de ti una vez que desaparezcas de este mundo. Yo me asomo a ese precipicio de manera pacífica, estableciendo un pacto de aceptación con la naturaleza, que se ha demostrado que tiende al equilibrio salvo cuando la destrozamos los seres humanos. Estoy en paz con el más allá, no me provoca ninguna angustia, ni siquiera persigo el intentar saber, creo que ese es un afán vanidoso del ser humano."

"La vida hay que vivirla sin angustia", dice Zapatero, y uno se pregunta qué diría Kierkegaard sobre eso. Para el primer ministro, la angustia la provoca el afán vanidoso de la gente por querer saber las respuestas a las grandes preguntas de la existencia. Vanidosos y angustiados son, así pues, los ateos y los creyentes. El resto se asoman al precipicio de la muerte y lo contemplan "de manera pacífica", como quien no quiere la cosa, como si eso de morirse no fuera algo un poco angustiante, sino un acontecimiento (o la ausencia de un acontecimiento) que se puede aceptar pactando con la naturaleza. Un pacto civil y natural simultáneamente, por así decir. Esa es la no metafísica no existencial, un pragmatismo aderezado con cursilerias sobre precipicios, trascendencias inmantes y un deísmo ecologista que está muy á la page.

Sobre la espiritualidad el primer ministro demuestra tener las ideas aún menos claras:

"¿Cómo entiende la espiritualidad?

Es la expresión de nuestra condición de ser humano. Donde veo más trascendencia es en la generosidad; y la generosidad es aquello que refuta el imperativo biológico de todos los seres: defenderse, ser egoísta. Por tanto, lo que trasciende, lo que va más allá de ese egoísmo biológico, es ser generoso. Creo que todas las religiones que se precien deberían ser un canto a la generosidad. Pero hace tiempo que pienso que ni la religión ni la espiritualidad me van a resolver los interrogantes que tengo sobre el mundo, sobre nuestro origen y destino. Los interrogantes están ahí, dejemos que estén ahí."

Es de suponer que Rodríguez Zapatero habla aquí de la moral, del imperativo kantiano, como el espacio de libertad más allá del orgánico reino de la necesidad. Un imperativo que se reduce a la cristiana y no cristiana ley de oro.

A pesar de que su reflexión no es muy elaborada, el pragmatismo que transmite parece bastante sólido, cuando menos, mucho más que el resto de los ciudadanos. Sin embargo, lo que nos tenemos que preguntar es por qué responde a las preguntas de la señora de La Vanguardia. ¿Por qué no dice que eso no le compete a nadie más que a él? ¿De qué sirve saber que le gustan los callos o la sonrisa de su mujer? Supuestamente para acercarlo al electorado, y más ahora que, según las encuestas, pintan bastos para los socialistas en las elecciones del próximo domingo. La jerga espiritualista en que se expresa hace las delicias de los amorfos agnósticos de la sociedad española, la mayoría de los cuales lamenta la que, por otra parte, es la verdadera virtud del pragmatismo zapateril, a saber, que en lo político debe ser liberal en relación con las creencias de los consumidores, como dice en la primera respuesta, rápidamente interrumpida por la hiperactiva reportera.

"Usted se declara agnóstico, pero con cierto interés por la filosofía zen. ¿Cómo resuelve los enigmas de la vida y la muerte?

Trato de comprender a quienes se declaran creyentes…

Olvide a los otros, hable de usted."

2 comentarios:

ximobrotons dijo...

un gran partido coronado por una victoria brillante. el Barça pudo demostrar por fin en Europa, en la máxima exigencia, su celebrado fútbol. gol decisivo de Eto´o y fantástico gol de Messi. me gustó más que lo de París hace tres años, pero como Wembley, donde estuve, ninguna.

lo malo es que Zapatero, el bobo solemne, el nefasto emperador de León, estaba presente, y con él, incluyendo al rey, toda la retahila de autoridades. ¿es que no tenían trabajo? no vi a la Reina de Gran Bretaña, ni a Gordon Brown. en cambio, ahí estaban todos los nuestros. una pena.

este verano me leeré la voluntad de creer de James. acabo de leerme una biografía de Lincoln, escrita por César Vidal, muy recomendable, aunque no exenta de cosas enmendables.

Mosè dijo...

Esta intervista es patética, denota una falta de reflexión sobre lo de que se está hablando increible. Como puede decir que se tiene que vivir sin angustia cuando es la misma angustia el signo distintivo de la vida?!
Si una persona no se angustia, si no percibe una sensación de falta, si se siente llena, no empiezará ningún percurso de investigación reflexivo-sentimental sobre sí mismo, o sea, no se cuestionará de ninguna manera, lo que significa que no vivrá sino biológicamente (Kierkegaard y Bilbeny para citar dos autores).

ZP se hace portavoz de la sociedad técnicizada, donde no es importante la costrucción de una bella individualidad sino el funcionamiento de la sociedad (sin un objetivo "humano", empujada simplemente al funcionamiento cada vez más rápido y funcional al estado actual de las cosas y a su no-cambio).
Hecho de menos el tiempo en cual los lideres de izquierda eran de humanistas y no simples funcionarios...