viernes, 11 de julio de 2008

Opinar sobre la muerte de los otros

La Corte de Apelación de Milán ha sentenciado que después de 14 años en coma se puede dejar de hidratar y alimentar a un cuerpo que antes de padecer el accidente que lo mantiene en estado vegetativo respondía al nombre de Eluana Englaro, nacida hace 38 años. Tras diez años de trabajo en los tribunales, su padre ha conseguido una sentencia que le da derecho a dejar de alimentar a su hija respetando así la voluntad de ésta tal y como, según diversos testigos, había formulado de palabra, no por escrito, antes del accidente.

Los intríngulis jurídicos del asunto no interesan aquí. E incluso nos podríamos preguntar qué derecho tenemos a comentar un caso así, o qué derecho tiene el Vaticano o los obispos italianos a inmiscuirse en el asunto. L'Avvenire de hoy y l'Osservatore Romano dedican sendos artículos y entrevistan a numerosas personalidades sobre el futuro de la mujer que hace 14 años respondía al nombre de Eluana Englaro. El del OR es particularmente inteligente:

"Non è necessario ricorrere a una concezione religiosa della vita, o negare la possibilità legale e morale di rifiutare trattamenti sproporzionati o inadeguati, per dissentire da questa sentenza: basta sottolineare che nel caso di Eluana si impone di fatto l'interruzione di un lungo processo di accudimento, fatto di attenzione, di amorevole dedizione e di rispetto per la sua dignità personale, che gli stessi protagonisti del ricorso alla Corte di Appello hanno sempre riconosciuto. E questo perché? Perché non è cosciente di sé? Il tema della coscienza è un tema molto delicato da trattare. Ma se Eluana non è davvero cosciente di sé, allora non soffre, e non si capisce perché - se non per un ostinato impianto ideologico a cui uno Stato cosiddetto laico dovrebbe dirsi metodologicamente estraneo tanto quanto a ogni confessione religiosa - la si debba condannare a morte, tramite una lenta agonia.
Nella sentenza, per coerenza con la tesi per cui Eluana dovrebbe essere priva di coscienza, non si parla di farla morire per fame e sete (quando manca la coscienza si parla di disidratazione e consunzione), ma si raccomanda l'uso di "sedativi o antiepilettici" per "eliminare reazioni neuromuscolari paradosse" e si consiglia "umidificazione frequente delle mucose, somministrazione di sostanze idonee a eliminare l'eventuale disagio da carenza di liquidi, cura dell'igiene e dell'abbigliamento del corpo". Ma se davvero Eluana non è cosciente e se la sua, come si legge nella sentenza, è pura vita biologica, per quale motivo tante attenzioni? La risposta è semplice: perché, malgrado la pressione ideologica, risulta difficile, persino a questi giudici, dimenticare che la vita di Eluana è sempre e comunque una vita personale. Chiediamoci: ma davvero sono crudeli coloro che finora si sono presi cura di Eluana, o non lo sono coloro che la condannano all'agonia e alla morte?"

"El tema de la conciencia es muy difícil de tratar". A continuación el redactor de este texto sostiene que un Estado así llamado laico no puede decidir qué es la conciencia, no puede decidir si existe o no sufrimiento, no puede decidir si la vida biológica es más o menos valiosa que la vida consciente. Va más allá y afirma que si realmente se considera que no está viva más que en sentido biológico, entonces ¿por qué la sentencia establece unos términos de "muerte" que de algún modo aligeren posibles padecimientos de Eluana? La pregunta tiene una fácil respuesta que demuestra la demagogia de quien la plantea, y es que del mismo modo que se impide la profanación de tumbas o la necrofilia, también un cuerpo con vida biológica (o un cuerpo que se cree que sólo tiene vida biológica y no consciente) merece un tratamiento digno, pero no porque ese cuerpo tenga dignidad, sino porque son los que lo tratan de esta manera los que quieren mantener su propia dignidad.

Pero no es esta la cuestión importante. ¿Hay que proteger lo que yo o tú o cualquiera de nosotros quiere hacer con su vida frente a la intervención del aparato propagandístico de la iglesia o, más aún, de los medios de comunicación de masas en general? A lo que se podría responder diciendo que tal vez el padre de Eluana no habría conseguido lo que pretendía si no hubiera recibido ayuda de la opinión pública que ha conocido su caso a través de los medios de comunicación. Y si uno los usa para su beneficio debe también aceptar que otros los usen en contra de lo que uno hace o quiere hacer. La opinión pública no es regulable y todos estamos eventualmente expuestos a ella, una exposición que, sin embargo, puede ser utilizada para favorecer los propios intereses.

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