De un día para otro parece que todo el mundo hable de distopías. Eso es señal de que la distopía o bien se ha realizado y nosotros somos sus desafortunados protagonistas, o bien es un síntoma suficiente de que está cercana.
Esta poca claridad entre el bien y el mal, esta regularidad de lo noticiable, la decadencia de las religiones, etc., son signos de una búsqueda de puntos fijos en los que anclar las últimas amarras de las almas humanas. Cuando vemos a los individuos masificados buscando la salvación eterna de sus almas en los últimos saldos de las rebajas, ¿debemos preocuparnos? ¿Hay motivos para prever un apocalipsis? En realidad no se trata de apocalipsis ninguno, sino de la lenta putrefacción de las energías humanas más creativas en manos del consumo y de la rapidez del mundo actual. El shopping mall es la expresión más lograda de que la distopía, el lugar funcional e inhumano, es ya real, però no n'hi ha per tant.
Léase, a propósito: "Bienvenidos a Metro-Centre" de Ballard en Minotauro.
martes, 12 de agosto de 2008
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2 comentarios:
se le saluda.
este verano he aprovechado para leer un par de libros de Damasio. excelentes. comparto plenamente o casi sus tesis.
ahora estoy en la recta final del último de Pinker, también muy bien. aunque me parece que tengo alguna discrepancia, más o menos importante, con su tesis. como es un estudio del lenguaje y de la mente, quizá le pueda interesar.
un día tiene que hacer un resumen en su blog de las tesis de Walzer.
adiós.
se le saluda.
este verano he aprovechado para leer un par de libros de Damasio. excelentes. comparto plenamente o casi sus tesis.
ahora estoy en la recta final del último de Pinker, también muy bien. aunque me parece que tengo alguna discrepancia, más o menos importante, con su tesis. como es un estudio del lenguaje y de la mente, quizá le pueda interesar.
un día tiene que hacer un resumen en su blog de las tesis de Walzer.
adiós.
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