Siguen aumentando las objeciones (o deberíamos decir mejor desobediencias) a Educación para la Ciudadanía (EpC). La mayoría de los juristas que han escrito sobre la cuestión parecen estar de acuerdo en que se trata de una vulneración del principio de neutralidad de los poderes públicos y de una injerencia en un asunto que compete exclusivamente a las familias. Es posible que desde un punto de vista exclusivamente legal y constitucional tengan razón, pero no parece razonable dejar que una cuestión tan importante sea cotejada sólo por los juristas y los jueces. En todo caso y hasta que el Tribunal Constitucional no se pronuncie, algo se puede añadir al asunto.
Los críticos con la asignatura suelen citar un documento del PSOE en el que se pueden leer las siguientes palabras:
"La Constitución española del 78 no diseña una enseñanza valorativamente neutral sino que hace pivotar el sistema educativo sobre el deber de trasmitir y promocionar el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales como el modo más adecuado para consolidar y perpetuar la vigencia del propio régimen constitucional y la convivencia de todos."
"Los principios democráticos de convivencia", dicen. ¿Cuáles son? No pueden ser únicamente los que positiva la ley, pues entonces bastaría con enseñar la Constitución a los niños. Supuestamente están hablando de tolerancia, respeto y de educar contra toda forma de discriminación. Tal y como la han diseñado, la asignatura es discutible, porque amenaza con inmiscuirse en asuntos que no son de la competencia de las autoridades políticas. Sin embargo, el sesgo no discriminatorio desde el que enfocan la asignatura apunta a la ampliación de derechos para las minorías, a una reducción de las discriminaciones arbitrarias. No parece que semejante intención sea discutible, a no ser que a los padres objetores les parezca bien que algunos ciudadanos vean reducidas sus opciones vitales frente a la tiranía de una supuesta mayoría heterosexual y católica cuyos miembros afirman sentirse cómodos con el cuerpo que Dios les concedió al nacer.
miércoles, 1 de octubre de 2008
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