lunes, 11 de febrero de 2008

Occidente como estrategia

Debe resultar decepcionante para los que participan con espíritu teórico constructivo en partidos políticos y para los que somos tan idiotas como para intentar reconstruir el armazón conceptual de las estrategias políticas, comprobar que casi no hay asunto que no sea utilizado como instrumento de atracción de electores. Si la mayoría de los electores tienen unas convicciones políticas afianzadas en preferencias más o menos estructuradas a las que no tienen acceso y si, por tanto, se hallan a merced de estas mismas convicciones, entonces los políticos (esto es, los asesores de imagen de los políticos) sólo tienen que descubrir de qué manera estimular los miedos y las filias de las gentes para atraerlas a su redil.

De ahí que aunque sea cierto que , como dice el Sr. Brotons, "la identidad occidental no es una tontería", sí que pueda ser utilizada como estrategia política como si nosotros fuéramos los tontos. Tampoco la "diversidad social" es una tontería, ni el respeto por las costumbres de los extranjeros, pero su alabanza como patente de corso de determinadas políticas, puede ser esgrimida para dar pátina de "progresismo" o de lo que convenga a lo que en realidad no es más que una campaña publicitaria.

Occidente es importante. Las libertades occidentales también. Y lo mismo se puede decir de la solidaridad social, así como de las culturas de los pueblos. Todo esto, sin embargo, se utiliza. Es justamente su fuerza evocativa la que es colonizada por los asesores de imagen y de opinión para iniciar debates que, si no me equivoco, sólo pretenden conseguir que cada cual pueda afinazarse mejor en sus propios prejuicios.

(Esto no obsta para que, a pesar de todo y a riesgo de ser tomados por idiotas, perseveremos en pasar el tamiz por los discursos públicos para, como buscadores de oro, sacar de vez en cuando una pepita reluciente que nos reafirme en nuestra condescendencia con el "sistema".)

1 comentario:

Anónimo dijo...

no entiendo muy bien las acusaciones de populismo electoral, la democracia es un sistema en que las cosas se eligen, y las elige el pueblo, por tanto populismo es lo mismo que democracia

entiendo su recelo de la demagogia y todo lo demás, pero no nos engañemos, hablamos de cosas de verdad, y si unos dicen (utilizan) una cosa y otros otra, pues esto es democracia, de más o menos calidad, pero democracia, unos estarán equivocados y los otros no del todo acertados, pero es la democracia

ahora bien, coincido con usted en que la democracia debe tener una mínima exigencia de calidad, sino a la larga dejará de ser democracia

los asuntos que plantea no son fáciles de resolver y por esto mismo son más dados al bote pronto, a la cerrazón, a una cierta demagogia irracional, tanto por un lado como por el otro, al buenismo, al relativismo o incluso al nihilismo

no entiendo eso de la "cultura de los pueblos"

el profesor Appiah ha publicado hace poco un artículo en el País que usted conocerá, dice allí que no solo se trata de cosmopolitismo (un cosmopolitismo cínico más cercano a lo de Sloterdijk que al de Kant) sino de respetar "las formas de vida" -ahora bien, en realidad esto no es nada fácil de resolver bien. Si puede leer el libro de Nussbaum "El cultivo de la humanidad", esta profesora da algunas pistas.

no obstante, una cosa es la teoría y otra la política real: y de momento lo que ha dicho Obama sobre esto de "las formas de vida", no me acaba de persuadir

¿vamos a decir que China es una democracia con sus peculiaridades, o que no puede tener una democracia por su cultura, lo mismo que Rusia?

me parece que en C´s ya se ha dicho algo sobre esto: crítica total del relativismo del Psoe, crítica parcial a la intromisión en las costumbres privadas del Pp -y por supuesto crítica total al nacionalismo pre/postliberal

saludos

ximo brotons