"Ha llegado la hora de que las personas religiosas se alcen contra las religiones".
Gianni Vattimo sostiene que las religiones deben desaparecer como instituciones de poder para dejar paso a unas religiones de la compasión y del amor, religiones individuales acordes con el espíritu de los tiempos desecularizados en los que lo que cuenta es la búsqueda de sentido y de consuelo individuales apoyada en un maremágnum de tradiciones espirituales de las que el creyente postmoderno bebe libertinamente. La propuesta de Vattimo es democrática e ilustrada, y puede resultar un antídoto para las políticas de la identidad que agrupan a la sociedad siguiendo las exigencias de los mandamases del báculo que van con el mazo dando. Siguiendo esto se requieren pues nuevas asociaciones religiosas que acojan a los individuos y les permitan practicar sus ritos sincréticos y desordenados. Pequeñas iglesias de adscripción voluntaria que renuncian de antemano a imperar y que buscan ser reconocidas como lo son, los clubes privados de los que hablaba Locke. Clubes de entrada y salida libres en los que la religión ha perdido su potencial regulador y coactivo convirtiéndose en una guía que cada cual interpreta a conveniencia. Religiones débiles para los espíritus débiles de las sociedades angustiadas por las infinitas posibilidades alienantes de la técnica.
martes, 3 de marzo de 2009
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