Con estas palabras anunció Obama las medidas de ayuda económica a las organizaciones religiosas (Faith-based initiatives) que prestan servicios sociales:
"Let us remember that there is no religion whose central tenant is hate".
Buen inicio de un discurso que niega con sus palabras lo que hace con sus actos, a saber, difuminar la separación entre Estado e iglesias. Pero no hay que insistir excesivamente en la importancia de mantener ambas instancias en departamentos estancos. La colaboración con la gente de buena voluntad puede contribuir a la salud de la sociedad. Da igual que crean en cosas absurdas, lo que cuenta es lo que hacen, el consuelo que ofrecen.
domingo, 15 de febrero de 2009
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