"Autentica laicità non è pertanto prescindere dalla dimensione spirituale, ma riconoscere che proprio questa, radicalmente, è garante della nostra libertà."
Esto y otras cosas dijo el miércoles Benedicto XVI hablando de su viaje a Francia. Viene a decir que la dimensión espiritual es la garantía de nuestra libertad y que en eso consiste la laicidad. La reformulación es hábil pero no se atiene a lo que en realidad es la laicidad, a saber, la libertad para que cada cual decida si su libertad se halla en la dimensión espiritual (como también creía Kant) o bien en la dimensión carnal. Efectivamente, la laicidad no prescinde de la dimensión espiritual, pero tampoco la toma en consideración, simplemente se muestra neutra frente a las diversas formas en que los ciudadanos entienden la libertad.
Pero, claro está que la amabilidad de Sarkozy y la aparente cercanía entre su discurso y el del Papa suscitan luego estas interpretaciones que borran las diferencias entre la laicidad y la confesionalidad en nombre de una laicidad positiva que, si bien reconoce las necesidades espirituales de quien las tenga, no debe definir en qué consisten esas necesidades ni legislar en su nombre.
viernes, 19 de septiembre de 2008
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